17 septiembre, 2004
solitario

Desde que tuvo conciencia que la computadora siempre sabe la próxima jugada y sabe cómo va a terminar el partido, es decir que sabe todo. Eso no es justo, no es un juego. El solitario es para uno y acá hay algo más fuerte que uno, y tiene todo calculado.
Hay muchas posibilidades, pero no son infinitas.
Igual que la vida, se lo ocurrió pensar.
Las cartas son nuestras posibilidades, y por tanto: limitadas.
Das vuelta una carta y, zas, elegiste un camino.
Pero no te podés librar del conocimiento de la máquina (¿dios?) que siempre sabe todo.