18 octubre, 2006

Algunos Aforismos de Lichtenberg


¡Qué barullo tendríamos en el mundo si transformáramos todos los nombres en definiciones!

Es fascinante escuchar a una mujer extranjera que comete faltas en nuestro idioma con sus hermosos labios. A un hombre, no.

Leer equivale a tomar prestado; inventar, a saldar cuentas.

Los versos, como los cangrejos, sólo se dan en los meses que no llevan r.

Al escribir mantén la confianza en ti mismo, un orgullo noble y la certeza de que los demás no son mejores que tú; ellos evitan tus errores y en cambio cometen otros que tú has evitado.

No estaría mal un libro de primeros auxilios para escritores.

En ocasiones paso ocho días sin salir de casa y vivo muy contento. Un arresto domiciliario de la misma duración me enfermaría. Si hay libertad de pensamiento, uno se mueve con ligereza en su círculo; si hay control de pensamiento, aun las ideas permitidas llegan con gesto asustadizo

Hay cierto estado (bastante frecuente, al menos para mí) en el que la presencia de una persona queridísima es tan insoportable como su ausencia, o al menos en su presencia no sentimos el placer que anticipábamos durante la insoportable ausencia.

Debe investigarse si acaso es posible hacer algo sin tener en mente el interés propio.

Eso que ustedes llaman corazón está bastante más abajo del cuarto botón del chaleco.

Todo hombre tiene también su trasero moral, que no enseña sin necesidad y mientras puede cubre con los pantalones de la decencia.

Georg Christoph Lichtenberg (1742-1799)


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Nihil humani a me alienum puto (Terencio)