03 septiembre, 2007
irrupciones
Del libro "Irrupciones", de Mario Levrero
"Pienso que hay pequeños trozos de mundo que a lo largo de nuestra vida y a fuerza de recorrerlos, vamos incorporando como algo conocido, aunque en realidad no lo es. Sólo hemos aprendido a movernos por ciertos lugares con mayor facilidad que por otros; somos como muerciélagos que chillan en la noche permanente de su ceguera y sólo reciben del mundo el rebote de esos chillidos" (pág. 52)
"Siempre me pregunté dónde estaría la fuerza de las ideologías (y llamo ideología a toda forma de ideología), para convencer a la gente de tantas cosas absurdas y obligarla hasta dar la vida por ellas. Y nunca había encontrado respuesta hasta que me dí cuenta de que a esta clase de preguntas sólo puedo contestarla mirando hacia mí mismo.
En algún tiempo yo también prefesé alguna de esas colecciones de ideas ajenas, y también yo traté de imponerlas a los demás. Me miro a mí mismo en aquellos tiempos y pienso: ¿Por qué lo hacía?
Con este método es muy fácil encontrar una respuesta: lo hacía, descubro, porque para poder vivir en el mundo me parecía más fácil arreglar el mundo que arreglarme a mí mismo". (pág. 163)
(gracias a Leverero por escribirlo, a Gabriel por publicarlo y a Diego por hacérmelo llegar y a la vida que me ha dado tanto)
"Pienso que hay pequeños trozos de mundo que a lo largo de nuestra vida y a fuerza de recorrerlos, vamos incorporando como algo conocido, aunque en realidad no lo es. Sólo hemos aprendido a movernos por ciertos lugares con mayor facilidad que por otros; somos como muerciélagos que chillan en la noche permanente de su ceguera y sólo reciben del mundo el rebote de esos chillidos" (pág. 52)
"Siempre me pregunté dónde estaría la fuerza de las ideologías (y llamo ideología a toda forma de ideología), para convencer a la gente de tantas cosas absurdas y obligarla hasta dar la vida por ellas. Y nunca había encontrado respuesta hasta que me dí cuenta de que a esta clase de preguntas sólo puedo contestarla mirando hacia mí mismo.
En algún tiempo yo también prefesé alguna de esas colecciones de ideas ajenas, y también yo traté de imponerlas a los demás. Me miro a mí mismo en aquellos tiempos y pienso: ¿Por qué lo hacía?
Con este método es muy fácil encontrar una respuesta: lo hacía, descubro, porque para poder vivir en el mundo me parecía más fácil arreglar el mundo que arreglarme a mí mismo". (pág. 163)
(gracias a Leverero por escribirlo, a Gabriel por publicarlo y a Diego por hacérmelo llegar y a la vida que me ha dado tanto)
Comments:
<< Home
Nihil humani a me alienum puto (Terencio)
gracias por los datos , sabia que estaban por editar un libro nuevo con textos y cosas de levrero, un grande que ya no esta, pero que extrañamos,,,,
Publicar un comentario
<< Home