14 junio, 2006
"legalicen la clonación"

Cada vez que terminaba empezaba de nuevo.
Al principio creí que me hablaba a mí, por eso empecé a seguirlo, pero después supe que la incoherencia no me incluía.
Para escuchar todas esas palabras tuve que correr un rato a su mismo ritmo. Iba rápido el tipo. Lo seguí porque la secuencia era sugerente y además porque cada tanto, sin sentido ni ubicación, gritaba: “legalicen la clonación”.
Capaz estaba haciendo una marcha solitaria con ese propósito, hay gente para todo.
Lo dejé de ver cuando doblé en Ejido, quería tomarme un 116 en el mercado de los artesanos. Me froté las manos y tuve que empezar a correr porque el ómnibus venía doblando. Le hice señas pero no se detuvo. Abrí los ojos sin poder creer lo que veía, al volante iba un tipo idéntico al que corría y hablaba sin parar.
Sin detenerse, sacó la cabeza por la ventana, me miró y gritó: “legalicen la clonación”.
quedate tranquilo, no sucedió en realidad.
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