14 febrero, 2008

191

Parque Batlle. Subo a un 191 viejísimo.
Ómnibus con hocico. Despintado, sonoro en exceso.
El conductor impertérrito no mira a la cara de nadie.
Calle, volante, monedas, boleto. Ta.
Veterano el hombre, de esos conductores eternos, conocido de otros viajes en otros tiempos. Siempre idéntico a sí mismo.
Me muevo mientras guardo las monedas. Entonces me doy cuenta de la gente que habita el bus. Gente grande, viejos, viejas, idénticos al conductor. Por un instante me siento parte de una ciudad fantástica, ciudadanos clones, donde todos se parecen a todos. O más precisamente, pasajera de un ómnibus quimérico con pasajeros que mutan hasta ser perfectas copias del chofer.
Tengo ganas de una carcajada. De algo que rompa el silencio.
La noche tiene luna, afuera hay ruido y luces. Se avanza lento. El camino sigue teniendo aristas conocidas, pero otras son nuevas a mis ojos. Descubro la ciudad como si de otra se tratara, el tiempo trajo cambios, pocos.
El ómnibus se detiene. Baja una pareja de clones del conductor y sube un muchacho con un niño que habla fuerte y ríe. Algo se enciende y no es una luz, es más fuerte, tiene sentido.
En las tres paradas siguientes se produce un recambio inevitable a estas horas de la noche. Nuevos pasajeros, jóvenes, diversos. Suenan celulares. Donde se mire hay alguien mandando o recibiendo un mensaje de texto. En el último asiento va un policía. Está, él, metido dentro de un uniforme que parece tragarlo, es inmenso. De hecho, bien mirado, lo que menos parece es un policía. También él tiene un celular en la mano.
Todos conectados con todos. Orquesta de ruiditos que viaja dentro de una matraca con ruedas.
El 191 sigue lento a su eterno destino. Nos llama, nos espera, el Palacio de la Luz.

Comments:
resumiré diciendo que se la nota extremadamente alegre en los post del retorno !
sus frescos marinos y costeros estan buenísimos.
 
Con respecto a los mesajes de texto... serà q Entel PCS llevò sus ofertas de planes de minutos y mensajes para allà tambièn?? jajaja

Debo decir que es un tanto contagiosa esa reluciente alegrìa q se lee.

Saludos, Vania.
 
ul: mantengo el ánimo y guardo también en el chanchito, para que no falte.
vania: acá no hay entel, hay ancel, y tiene sus ofertas. te cuento que tengo un teléfono de entel que está bloqueado y no puedo usar acá, así que la tecnología chilena por ahora la guardo para el futuro.

gracias por leer!!
 
Sí, se te nota super alegre.
Yo bien, mudanza, vacaciones, cambios.
Estuve en una playa donde también había perros compañeros (como los que suele haber en valizas). Creo que entendí porqué los perros playeros son así, es por su hambruna constante y su dieta obligada de pescado.
Ahí después encaro unas fotos.
Un abrazo.
lamaga
 
Andaba derivando por ahí y te encontré entre los montevideanos que tenemos blogs. Entré en tu perfil y vi que tenemos intereses comunes, y ya cuando vi el título de tu blog, me quedé a leer porque me encantó. Parece que recién volviste, pero aún no sé de dónde porque recién empiezo a leerte y se nota por la forma en que mirás el 191 y el contenido del ómnibus. Si querés visitarme, andá nomás. Salud, por tu vuelta
 
me surgió el yo también
me surgió comment-ar el yo también, porque el 191 es tal cual lo describís:siempre me sentí como viajando en un mundo paralelo; y va lento y te espera.
los 191nianos tenemos códigos.

yo por suerte no he mutado aún.

un saludo
sigo leyendo
 
Interesante retrato urbano.
Y mucho más interesante blog, destino al que mandé a muchas personas y al que no menos me invitaron a visitar.
Saludos,
 
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
 
Me atrae lo que escribe...encontraría usted una interesante fuente de inspiración en la av. Corrientes, de Bs.As., ya fuera en colectivo, andando, o demorándose en un Café a tomar algo. Sorprende mucho el cambio de personas que se da a la salida de las oficinas. El relevo lo toman personajes de lo más bizarro que uno pueda imaginarse.
Un saludo..
 
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Nihil humani a me alienum puto (Terencio)