06 marzo, 2007

oráculo móvil

seis y media de la mañana. la luna está llena y el cielo negro le hace un buen fondo. voy sentada en un ómnibus casi desierto, escucho a Chico Buarque cantando en italiano. tomo mate, infaltable ya en mi cotidianeidad, es perfecto en el frío matinal.
dos paradas después que yo, sube una muchacha que de entre todos los asientos elige el contiguo al mío.
no me hubiera detenido en su existencia, porque bastante tengo con la mía, pero observo que estudia unos prolijos apuntes acerca del aborto inducido.
por un momento pienso en la posibilidad de estar en un oráculo móvil que manifiesta sus predicciones así, justamente, mediante las lecturas de los pasajeros contiguos.
miro a la luna en el cielo cada vez más claro, el día cada vez menos frío, el ómnibus cada vez menos lleno.
los sentimientos, igual que la energía, se tranforman. no creo que mueran. cambian, se modifican. los guardamos en algún lugar y renacen con el encuentro. transducción diría mi profesor de tecnología. y aprovecho a sacar mis propios apuntes para revisar el trabajo que voy a entregar dentro de un rato. pero no puedo, pierdo la concentración. la voz de Chico me recuerda otro momento en otro lugar.
somos tan complejos, vastos, inútiles también. incapaces.
en fin, me guardo algo, decido no dejar ir todo.
mi manera de sentir se queda conmigo.
yo sigo aquí.

Comments:
eh? bueno, que todo sea para bien :-)
 
Acá ando, buscando solidaridad interneteana: se murió el Darno y cuando pasan estas cosas es cuando más se siente la soledad.
Un abrazo.
 
Yo sé donde queda la concha de la lora : queda exactamente adonde no queremos ir ......
 
Tenemos demasiados resortes y algunos se accionan de manera imprevista con independencia de nuestra voluntad o sino, con una tibia inducción...
 
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Nihil humani a me alienum puto (Terencio)