14 septiembre, 2006

Eppur si muove

creo que las heridas cerradas a la fuerza terminan de una u otra manera abriéndose. creo que las cicatrices son por y para algo, para que el cuerpo haga su propio proceso y también para recordar y saber que allí hubo una herida, dolió.
lo que pasó el 11 de setiembre, no en estados unidos, ni siquiera en chile, sino en mi país (porque a veces da gusto y orgullo), en uruguay, es algo que a pesar del dolor por lo perdido deja un gusto a que la justicia tarda pero llega.
más todavía, porque dos días después la cámara de diputados sancionó la cooperación internacional contra el genocidio, crímenes de guerra y lesa humanidad establecidas por la corte penal internacional. así, entonces el estado uruguayo tiene el deber y el derecho de juzgar los crímenes internacionales y cooperar con dicha corte.
se abren nuevos debates, o mejor dicho debates viejos que ahora ven la luz política, y eso hace bien a cualquier sociedad.
ojalá la impunidad se haga pelota, es hora.


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Nihil humani a me alienum puto (Terencio)