05 noviembre, 2007
¿amar o ser amado?
Estaba leyendo una nota de Rodrigo Fresán sobre la literatura de Carson McCullers, cuando sentí que eso que estaba leyendo era tan, tan algo que no sabría decir, que no puedo evitar robárselo un poquito para ponerlo por acá. Pero no con respecto a Carson McCullers, sino en general.
¿Se podrá amar y ser amado en igual medida?
Cito a Fresán, absteniéndome del motivo original de la nota, Carson McCullers. Que me perdone el autor.
"En primer lugar, el amor es una experiencia común a dos personas. Pero el hecho de ser una experiencia común no quiere decir que sea una experiencia similar para las dos partes afectadas. Hay el amante y hay el amado, y cada uno de ellos proviene de regiones distintas. Con mucha frecuencia, el amado no es más que un estímulo para el amor acumulado durante años en el corazón del amante. No hay amante que no se dé cuenta de esto, con mayor o menor claridad; en el fondo, sabe que su amor es un amor solitario. Conoce entonces una soledad nueva y extraña, y este conocimiento lo hace sufrir. No le queda más que una salida, alojar su amor en el corazón del mejor modo posible; tiene que crearse un nuevo mundo interior, un mundo intenso, extraño y suficiente. Permítasenos añadir que este amante del que estamos hablando no ha de ser necesariamente un joven que ahorra para un anillo de boda; puede ser un hombre, una mujer, un niño, cualquier criatura humana sobre la Tierra.
Y el amado puede presentarse bajo cualquier forma. Las personas más inesperadas pueden ser un estímulo para el amor. Se da por ejemplo el caso de un hombre que es ya un abuelo que chochea, pero sigue enamorado de una chica desconocida que vio una tarde en las calles de Cheehaw, hace veinte años. Un predicador puede estar enamorado de una mujer perdida. El amado podrá ser un traidor, un imbécil o un degenerado; y el amante ve sus defectos como todo el mundo, pero su amor no se altera lo más mínimo por eso. La persona más mediocre puede ser objeto de un amor arrebatado, extravagante y bello como los lirios venenosos de las ciénagas. Un hombre bueno puede despertar una pasión violenta y baja, y en algún corazón puede nacer un cariño tierno y sencillo hacia un loco furioso. Es sólo el amante quien determina la valía y la cualidad de todo amor.
Por esta razón, la mayoría preferimos amar a ser amados. Casi todas las personas quieren ser amantes. Y la verdad es que, en el fondo, el convertirse en amados resulta algo intolerable para muchos. El amado teme y odia al amante, y con razón, pues el amante está siempre queriendo desnudar a su amado, aunque esta experiencia no le cause más que dolor."
La nota es más extensa y los invito a leerla en el suplemento Radar Libros de Página12: (http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/libros/10-2790-2007-11-05.html)
Muy bueno... gracias por alimentar el afan de reflexion
Yael R.
qué lindo saber que estás por acá, buenísimo!
escribime a dina.yael@gmail.com y me contás en qué andás, ta??
besote
dina
pasa, creo, también, que logra que algo nuestro se identifique con algo de él, no?
abrazo,
dina
Un saludo, Maestra.
En el Retrato de Dorian Gray, alguien le pregunta a alguien: ¿qué diferencia hay entre el capricho y el amor?
El interrogado responde: Ninguna, salvo que el capricho dura más...
Ánimo pues,
Dina
Seguiré leyendo y comentando ya que tienes un material EXCELENTE.
Yo escribo poesía EL RINCON DE BEATRIZ
cARIÑOS
BEATRIZ
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