06 diciembre, 2006
ganas de conversar
en un momento del día tuve la sensación de vacío que me aqueja sólo cuando algo realmente me hace falta. distinguí claramente en mí el deseo de sentarme a conversar con una amiga. sí, fue puntualmente una amiga y no otra, ni otro amigo. extrañé profundamente alguna charla, fuera en un boliche o caminando por la rambla, o en la casa de alguna de las dos.
vino el recuerdo nostálgico, clarito, como si estuviera viendo una película muda, porque nada decíamos en el recuerdo, sin embargo yo sabía todo lo que se decía aunque el recuerdo no viniera con banda sonora.
algo en mí dolió. nada de lástima, no, porque no se trata de eso, sino de la capacidad de distinguir entre los amigos y el resto del mundo y a la vez de valorar esa cuestión tan humana llamada amistad.
las circunstancias de la vida son las que son, irremediables, por eso insisto en cuidar como un tesoro aquello que la mente tiene para darnos: recuerdos.
recuerdos que van y que vienen y que a veces nos dejan vivir un rato en ellos para poder re-vivir aquellas cosas que bien nos hicieron. sí, claro, también de las otras. aunque creo que son las cosas buenas las que sobreviven por sobre las otras, que hay un recurso en el cerebro que deja a las negativas en un baúl a trasmano, más incómodo de visitar que el lugar donde están los recuerdos buenos.
cuando las cosas faltan es cuando podemos valorarlas. cuando están ahí, enseguidita dejamos de distinguir su importancia.
vino el recuerdo nostálgico, clarito, como si estuviera viendo una película muda, porque nada decíamos en el recuerdo, sin embargo yo sabía todo lo que se decía aunque el recuerdo no viniera con banda sonora.
algo en mí dolió. nada de lástima, no, porque no se trata de eso, sino de la capacidad de distinguir entre los amigos y el resto del mundo y a la vez de valorar esa cuestión tan humana llamada amistad.
las circunstancias de la vida son las que son, irremediables, por eso insisto en cuidar como un tesoro aquello que la mente tiene para darnos: recuerdos.
recuerdos que van y que vienen y que a veces nos dejan vivir un rato en ellos para poder re-vivir aquellas cosas que bien nos hicieron. sí, claro, también de las otras. aunque creo que son las cosas buenas las que sobreviven por sobre las otras, que hay un recurso en el cerebro que deja a las negativas en un baúl a trasmano, más incómodo de visitar que el lugar donde están los recuerdos buenos.
cuando las cosas faltan es cuando podemos valorarlas. cuando están ahí, enseguidita dejamos de distinguir su importancia.
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recuerdo horas y horas de conversaciones de esas que no querés que terminen nunca, la alegría de saber que me esperabas en tu casa para tomar una y ponernos al día, la alegría cuando un destello rojo en la ronda indicaba que coincidíamos la misma noche ... eso lo guardo en el alma ... sos parte de mi historia, y de la vida de todos nosotros que te esperamos .
estamos en casa,como siempre, esperandote.
sabias todo lo que te quiero?
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estamos en casa,como siempre, esperandote.
sabias todo lo que te quiero?
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: diciembre 07, 2006
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