16 junio, 2007
primeras nieves
salí el viernes, eran cerca de las ocho de la mañana. una fina capa de nieve lo cubría todo. había que andar con cuidado porque era fácil resbalar y caer. hice de mis pasos algo pesado y lento.
tan concentrada iba que no me di cuenta del color de la cordillera. cercana a donde vivo, tan tangible ella. blanca e inmensa.
no me gusta la cordillera cuando no está blanca, en general las montañas me dicen poco y nada. soy del mar y lo prefiero. pero cuando empiezan las nieves (tarde este año), suspiro ese frío helado y me conmuevo con la inmensidad de la naturaleza. en realidad, pienso ahora, la nieve es agua, capaz por eso la amenidad en el sentimiento.
Santiago se ve bonita, se ve, en realidad, como cuando uno la imagina. ciudad caótica que, como toda ciudad, se traga a sus habitantes, sólo que ahora lo hace acompañándose de un trago on the rocks.
tan concentrada iba que no me di cuenta del color de la cordillera. cercana a donde vivo, tan tangible ella. blanca e inmensa.
no me gusta la cordillera cuando no está blanca, en general las montañas me dicen poco y nada. soy del mar y lo prefiero. pero cuando empiezan las nieves (tarde este año), suspiro ese frío helado y me conmuevo con la inmensidad de la naturaleza. en realidad, pienso ahora, la nieve es agua, capaz por eso la amenidad en el sentimiento.
Santiago se ve bonita, se ve, en realidad, como cuando uno la imagina. ciudad caótica que, como toda ciudad, se traga a sus habitantes, sólo que ahora lo hace acompañándose de un trago on the rocks.
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