conchadelalora

Hace veinte días que estoy en un hospital. Veinte días de la marmotta, donde se suceden personajes hospitalarios que atienden y cuidan.A las 6.20 todos los días viene una señora a reponer el agua y el hielo. A las 6.40, una vez por semana, vienen las muchachas del laboratorio que entran y encieden todas las luces al tiempo que me informan que me extraerán sangre a pedido de tal o cual doctor (nunca del mismo). A las 7.30 vienen dos enfermeras que hacen la cama con tal detallismo y practicidad que trato de aprender para el futuro.A las 8 llega el desayuno en una bandeja metálica. Jugo de naranja, yogurth, cereales, banana, manzana y naranja.A las 8.30 vienen a tomarme la presión y la temperatura. Cosa que sucede dos veces al día. La presión es siempre idéntica, 11.6, y la temperatura 36 clavados.A las 13 traen la bandeja con el almuerzo (siempre sano, pero siempre rico) en una megabandeja made in West Germany.
Y así sigue el día...
Al principio pedía calmantes cada dos horas. Luego de dos infiltraciones los pedía cada cuatro.Las infiltraciones son siempre los viernes.Ayer, antes de la tercera inflitración, mientras esperaba en la camilla, en una especie de limbo previo al block quirúrgico (no es una operación pero lo hacen allí por seguridad), entró una joven doctora vestida de verde que se presentó como asistente de anestesista. Cuántas eses, le dije.Tenía un formulario con varias preguntas que realizó concienzudamente.Muchas, demasiadas, tanto que me llamaron la atención pues nunca antes me las habían hecho.Una vez terminadas me miró con cierta pena y preguntó si estaba nerviosa.Le expliqué que no, que es la tercera vez que me hacían el mismo procedimiento en un lapso de 20 días, así que ya conocía los detalles y si bien algo duele, no, no estaba nerviosa.Mientras hablaba había en su rostro cierto desconcierto, entonces dijo: "pero cómo, a ti no te van a sacar el útero"...La miré sorprendida y le dije que no, que apenas me iba a hacer un bloqueo o infiltración como quiera llamarlo, pero que además era muy poco probable que me sacaran el útero por tercera vez.Ante la evidencia de la equivocación se disculpó y fue a cerciorarse que su paciente era otra persona.Minutos después me llevaron la block. Sin lentes veo poco y nada y al block se entra sin lentes. Algo preocupada grité, para confirmar nomás, el nombre de doctor que me realiza los bloqueos. Respondió y reconocí su voz, respiré tranquila.Entonces le expliqué lo de los lentes y que quería asegurarme que fuera él el que estaba en el block (y no un cirujano dispuesto a sacarme el útero).Durante los primeros minutos alguien vino con el cuento que la asistente del anestesista se había equivocado y había querido robar a la paciente... El doctor y las enfermeras ríeron.Para rematarla me dijo el doc: te habrías ahorrado sacártelo a los 60.