07 agosto, 2009

Llueve

Cuando llueve y uno va dentro de un ómnibus las cosas se ven raras. Cuesta distinguir el camino, ese que todos los días resulta conocido. Las formas cambian. El vidrio de las ventanas se empañan dentro y se mojan fuera. La gente se tienta y dibuja cosas.
Me apena la gente que se moja. Se mojan cuando pasa un auto rápido, se mojan si no hay un techo bajo el que cubrirse. Se mojan los que no tienen paraguas. Y los que tienen y caminan, se mojan los bajos de los pantalones.
Parece que no hay solución, cuando llueve y hay que moverse, hay que mojarse.
Una niña dice que no le gusta cuando la gente se queja de la lluvia, porque tiene que llover. Piensa que si la lluvia escucha a esa gente no querrá caer por aquí. Entonces canta "que llueva, que llueva, la vieja está en la cueva...".
Los charcos esperan a los distraídos. Los conductores no se apiadan de los desprotegidos. Llueve.

Comments:
Yo extraño la lluvia...quizas sean golpes bajos nostalgicos, o quizas sean pensamientos propios de alguien que en su tiempo, aprovechaba los dias lluviosos para estar a solas, con sus pensamientos, enfundado en un chubasquero o bajo un paraguas y caminar sin rumbo fijo por las queridas y añoradas ( por siempre grises), calles montevideanas.
Un abrazo

jorge-
 
A mí me encanta la lluvia, en parte porque nací en día lluvioso y, en otra parte, porque mis antepasados vagaron mucho tiempo por el desierto mirando para arriba y deseándola.

Dicho lo anterior, tu texto me hizo recordar un viaje en auto con mis viejos y una prima mía. Ella llevaba la ventanilla bajada y, en un momento dado, nos adelantó un vehículo, levantando una generosa ración de agua de un charco y empapándola por completo.

Un saludo.javascript:void(0)
 
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
 
Por aquí llueve bastante...
Cuando estoy en casa, me encanta mirar la lluvia por la ventana, y sentir ese olor que deja cuando acaba, cuando voy por las calles y llueve,busco un escondite, el más lejano, tal vez lo hago con la intención de mojarme el rostro y sentir como las gotas se estrellan con mis ojos, es curioso pero me parece un suceso liberador.
Pienso que la lluvia es maravillosa porque provoca en cada uno de nosotros un sentimiento placentero.
 
Jorge, sabés que tus palabras me hacen acordar a cómo me sentía afuera. Qué cosa, cómo se deja extrañar este lugar!
Psygothika, mirar la lluvia ha de ser terapéutico, algo tiene. Yo me embobo mirando caer las gotas.

De niña me acuerdo de un juego que venía en un libro de calle Sésamo. Era una competencia de gotas. Cada uno "apostaba" por una gota a ver cuál llegaba más rápido al final de la ventana.
Una porquería, porque las gotas se pierden entre otras gotas, se mezclan, se funden y confunden. Como uno mismo.
 
Publicar un comentario



<< Home

This page is powered by Blogger. Isn't yours?

Nihil humani a me alienum puto (Terencio)