11 mayo, 2006
uso y abuso
Alguna vez me dijeron que las relaciones son recíprocas, de lo que podría desprenderse que la unilateralidad las anula. Nadie me explicó, sin embargo, que la mentada reciprocidad puede tener un lado pasivo, peor aún: indiferente.
Sin embargo eso no destruye la relación en sí, incluso ante la contundente apatía del otro. Porque ese otro es necesario, y mientras exista, pues la relación permanece.
Claro que podría decirse que no es una relación óptima, con toda seguridad las hay mejores.
Hay relaciones de uso y abuso, incluso para éstas también tiene que haber reciprocidad. En términos de intercambio humano, para que una persona use a otra, esta otra debe dejarse usar y permitir esa clase de abuso que, distinto al abuso de poder, se disimula tras una generada compasión o servilismo, que amerita ser usado.
En ocasiones puede tratarse de una intercalación, de acuerdo a los intereses, entonces el que usa es usado y viceversa, una y otra vez.
Podría ser un status que se define ya con la piedra fundamental de la relación, donde en la misma presentación uno aparece como el débil y el otro es el poderoso. Y se habrá de volver a esos ámbitos, que otorgan la certeza de que todo empiece una vez más.
»
<< Home